Fiesta del libro y la rosa de Sant Jordi
Media docena de editoriales asturianas tendrán presencia en la fiesta del libro y la rosa de Sant Jordi,que tomará las calles de Barcelonamañana martes, día 23. El sector editorial asturiano estará representado por primera vez en la cita librera más importante de Catalunya como resultado de un proyecto que han puesto en marcha el Centro Asturiano de Barcelona y Ediciones Seronda.
El puesto de libros asturianos (que ofrecerá títulos en castellano, asturiano y catalán) estará instalado a la altura del número 35 del Passeig de Gracia, entre las 9 y las 20 horas. Allí se mostrarán y ofrecerán a la venta libros de la editorial ovetense Pintar-Pintar y de los sellos gijoneses Ediciones Trea, Satori Ediciones, Hoja de Lata Editorial, Oreja Verde y Ediciones Seronda.
Es quizás la más importante fiesta del libro de nuestro país, habida cuenta de la fuerte implantación del sector editorial en Barcelona y de la ya larga tradición de celebración de este Día del libro y la rosa en Cataluña.
Sant Jordi, San Jorge en castellano, es el patrón de Cataluña desde 1456, y el de Aragón, pero también de Inglaterra, Portugal, Bulgaria, Etiopía y Georgia. Se hizo famoso en toda la Europa Medieval gracias a los milagros que de él contaba la Leyenda Aurea, un compendio de vidas de santos y mártires recogidas por el monje Jacobo de Vorágine en el siglo XIII, pero se sabe que ya era venerado cuatro siglos antes.
No se sabe con certeza cuándo se empezaron a regalar rosas el día de Sant Jordi. Hay constancia de que en el siglo XV, en Barcelona, era costumbre entre la nobleza acudir a misa a la capilla de Sant Jordi, en el Palacio de la Generalitat, y de que en esa misma plaza se celebraba la Fira de roses (Feria de rosas), una vieja fiesta en la que los hombres regalaban rosas como prueba de amor, un antecedente del actual San Valentín.
Probablemente el origen de la Fira esté en las ofrendas florales que los romanos hacían en mayo, con ocasión de los fastos de la diosa Flora. La rosa roja simboliza la pasión, y la espiga que a veces la acompaña, la fertilidad. La rosa se unió a Sant Jordi, y hoy en día perdura la costumbre de regalar una rosa con una espiga. Y además, un libro.